miércoles, 20 de enero de 2010

Verdad

Dijo un poeta “… te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo…”
Y es que no hay más verdad que una mirada derramándose en lirios blancos. No hay más verdad que unos ojos entrando, traspasando, quedándose en los adentros, anclándosete en el alma, bebiéndotelos, que te desarman. Y ahí quieres morir, porque ya no hay nada, porque eres todo.
Blanco de lirios, arrebatadora pureza que te desarma.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Después de unas semanas de vacaciones, es muy grato volver a navegar entre tus sentidas y dulces letras.
Un abrazo

SHELAILA dijo...

me hiciste pensar mucho con esta definición me llamó mucho la atención, tiene gran significado, antes no la comprendía.gracias

Anónimo dijo...

Espero que las haya disfrutado, María. El placer es mío.
Un abrazo.
Diego

Anónimo dijo...

Gracias a ti, Silvya.
Saludos.
Diego

Ío dijo...

Entré a leerlo hace días; he vuelto después, más veces. Creí a pies juntillas que había dejado un comentario, pero ahora me doy cuenta de que no es así.
Una buena frase, creo recordar que es de Gracia Márquez, la cual se puede interpretar de muchas maneras; yo me quedo con la idea principal, sin ahondar mucho en las palabras; fuera del adentro del ser amado, no somos nosotros.
Y allí estamos, allí vivimos, y un día también moriremos.
Muy hermosas y hondas tus palabras, Diego.
Un beso

Ío

Anónimo dijo...

Y es verdad, Ío, fuera de ese adentro nos falta algo, vamos a a medias, como descalzos sobre guijarros, y aunque tengamos otras mitades siempre nos falta algo, y por eso no somos nosotros, nos estamos.
Muchas gracias por tus palabras, excesivas, inmerecidas.
Un beso.
Diego

Eugenia dijo...

Gracias gracias gracias. Me lo he leído al menos diez veces y he esperado unos cuantos días para poder asimilar lo que me provocan tus palabras, porque me parece asombroso que sepas describir así el poder de una mirada.

Es cierto eso que dices, Diego, que ahí te quieres morir. Porque sientes que la vida te desborda, que te ahogas en esa mirada y te dejas atrapar por ella, para dejar de sentir que estabas muerto -de otro modo- antes de eso. Del vacío a la plenitud. Del engaño a la verdad desnuda. La vulnerabilidad que nos asusta pero nos libera.
Precioso.

Como siempre, mis besos y mi ternura. La que tú induces.

Eu.

Anónimo dijo...

Mil gracias, Eugenia. Los sentimientos, sentidos, son así, intensos, de verdad, de dentro, sin artificios; y ese en particular, es, no hay más. Mata, y como tú dices, libera. Pero no es que yo sepa decirlo, sinop que tú sabes verlo.
Y gracias por el regalo de tus palabras, de tu ternura y de tus besos.
Igual para ti.
Diego