domingo, 23 de mayo de 2010

Olor

Yo sé que olí un jazmín en la infancia una tarde, y no existió la tarde.
Francisco Brines

A través de todos estos años, de todos los recuerdos, sólo tú has existido. Y ahí he sido, siempre, tanto, lento; en aquel olor tan intenso, tan de dentro. Y es que dejarse guiar por los sentimientos puede ser, a veces, un problema. No hacerlo, es, siempre, un pecado.

viernes, 21 de mayo de 2010

Aires

En tierra de sombras, soñando aire, bailando lluvias de plata con cadencias de otoño sueño, soñando sueños, bajo esa lluvia en mañanas no amanecidas, entre cuerpos sin luces, como un extraño que no sabe nada.
¿Qué frío pasó por el alma para quedar tan helada?

lunes, 17 de mayo de 2010

El precio de vivir


El sueño de la razón produce monstruos.
Goya.
A veces, para evitar sufrir, pagamos el precio de no vivir. Y al final, viendo que no hemos vivido, sufrimos por todo lo que hemos perdido.

jueves, 13 de mayo de 2010

El aliento de la lluvia

Donde duerme el aire, suspendido el aliento, sobre colchones de hojas, en los crepúsculos suaves de tardes lluviosas, yo vivo. En tu aliento; porque sólo con respirar, me lo das todo; y es tanto, que a veces siento que voy a desaparecer. Y es que es suave el aire cuando respiras, y delicado; cálido cuando sale de tus labios, como la espuma de ciertos mares, de aroma a nardos. Sólo ríe, y se hará la luz, y sentiré, y podré coger tu mano.

domingo, 9 de mayo de 2010

Esencia

Se queda siempre la esencia; y en carne viva. Y así es, y así ha de ser, para seguir siendo. El resto es un deambular siniestro, que vestimos para poder hacerlo.

domingo, 2 de mayo de 2010

El color de los sueños

Dejar que la vida fluya. Es así como es, como debe ser. Ahí, en la gracilidad de lo eterno, con el peso de los siglos, donde el alma es sostenida, resguardada, elevada, acogida. Donde era, aunque no sé, tan siquiera, si lo que fue no era sino, tan solo, un espejismo que perseguí y aún persigo. Y, aunque el viento de noviembre hiela el alma -porque la vida, cuando duele, aquella, se hace eterna-, siempre pienso que el camino es largo y que es amigo si se sabe andar; y que tal vez los sueños no sean un juego de azar; porque ese sueño sobrevive al espacio, al tiempo, a la muerte; y que en ese sueño en el que viajo, azaroso, lleno de obstáculos, todo es aventura y conocimiento. Un viaje que va más allá de su propio fin, que lo trasciende. Donde estás tú. El amor es un viaje, extraño, salvaje, en la búsqueda de la inigualable música que lo provoca. Fruto de una insaciable sed de música.
Kafka decía que es posible que alguien haya podido resistir el canto de las sirenas, pero nadie habría sobrevivido a su silencio.
Lo malo, lo absurdo, es sentirlo, y permitirse vivir en esos silencios. Por eso sigo mi sueño, y lo persigo. Una sonrisa, un segundo de ternura, el calor humano que sólo se puede encontrar en ese sitio, porque lo otro... Y ahí, vivir el sueño, ya no soñar, sino vivirlo, reír, sentir, ser…