miércoles, 24 de febrero de 2010

Noche romana. Satén.

Y siento un frío
tan mortal, tan siniestro.
Desesperanza.
Aires de mañana visten la noche, de aroma a nardos y a yerbabuena, a colores claros y luna llena; de otros tiempos, en las verdades y los sentimientos. No en los ahora, vacíos y hueros.

13 comentarios:

Ío dijo...

Diego, que tristeza más grande, que desolación eterna surge de tus palabras, de ese haiku que hiela el alma.
Siento como se me encoje el corazón al saber de tu ahora tan vacío, tan yerto.
Un abrazo, un beso

Ío

Isabel de León dijo...

Diego mira a través de las nubes...el Sol está ahí aunq no lo veas, así q no t pierdas entre lo q nos distrae...como la tristeza!!!Adoro esa forma de escribir "yerbabuena", xq la siento más...a q si???
No t m olvides d la sonrisa d hoy Diego, q no m falte, jeje.

Saluditos de la chica yerbabuena.

Marisa dijo...

He leído esto con la música de fondo de Chet Baker del reproductor de tu blog, y el frío y la desesperanza se han hecho tangibles. Sin embargo, hay cosas buenas que son inevitables, como que después de ese frío invernal siempre llega una cálida primavera, que después de una áspera desesperanza llega una dulce espera, que después de noches de ojos abiertos llegan días para soñar,que los sombríos trazos oscuros siempre pueden rellenarse con misteriosos colores, que los tiempos vacíos o hueros siempre son una magnífica oportunidad para llenarlos de todos los caprichos y lujos que se nos antojen, en definitiva, hacer una pausa en la mirada.
Sugerente composición, Diego, un abrazo.

Anónimo dijo...

Gracias Ío, pero no es mi ahora, ni mi estado. Mi mundo está bastante lleno de vida, aunque falten cosas, incluso importantes. Ese frío no es por mí, sino por el dolor ajeno, de personas que te importan o a quien quieres, que a veces duele más que el propio (al menos a mí me pasa). Siento, en cualquier forma, que haya producido en ti ese desakiento; lo lamento no sabes cuánto.
Un beso y un abrazo para ti, y mil gracias.
Diego

Anónimo dijo...

Me encantas Isabel; eres una pasada de mujer. No es tristeza por mí, sino por el dolor de otros, que me importan, aunque la tristeza por ello es inevitable. Pero llevas razón, el sol siempre está tras las nubes, y yo lo veo, claro que sí, sobre todo cuanto te leo, y me haces sonreír. Sé vivir, y creo que no lo hago muy mal.
Así es como tiene que escribirse siempre, claro que sí, sabe mejor, suena mjor y es más bobito, más de siempre.
Un saludo chica yerbabuena, que suenas muy bien siempre, y un beso especial por serlo tú también.
Diego

Anónimo dijo...

Ah, se me olvidaba, Isabel. Este sábado, que me voy a Roma, a ver a Caravaggio, me acordaré de ti, que recuerdo que me dijiste que te traía recuerdos.
Un saludo desde casi ya en Roma.
Diego

Anónimo dijo...

Todo eso que dices, Marisa, es la gran verdad, pero sólo si sabemos ver, si sabemos mirar, y conocer y aprender, y ser, si somos personas de verdad.
Me alegro que te haya "gustado", y despertado esas emociones. Quiere decir que dice algo y de forma especial, y eso me llega.
Chet Baker es, y eso hace mucho por mis palabras.
Un abrazo.
Diego

Ío dijo...

Me alegra saber que no es tu estado interior el que refleja el haiku.
Espero que tus días en Roma sean maravillosos.
Besos, Diego

Ío

Isabel de León dijo...

Jooooooooo!!!!A Caravaggio nada menos...cuidado con su tenebrismo,jejeje...dale un beso a Roma d mi parte!!!y pasalo muy bien...q envidia x diossss!!!

Saluditos de la chica en casa.

Unknown dijo...

Un frio y soledad que cala hasta los huesos.
Pero no se puede olvidar que la tibieza de una mirada derrite el más frio hielo.
Me gusto mucho leerte, pones tanto sentimiento que tocas las fibras más hondas.

Saluditos desde el otro lado del atlántico
Un beso,Diego

Anónimo dijo...

Gracias Ío, por ambas cosas. Roma siempre es Roma, aun con ta poco tiempo; y si se le añade que es para ver a Caravaggio...
Un beso.
Diego

Anónimo dijo...

Se lo di, Isabel, de tu parte; qué menos. Y me lo he pasado, qué menos también. Roma no se mueve, así es que...
Un saludo chica en casa.
Diego

Anónimo dijo...

Las miradas de verdad siempre tienen ese poder, es verdad, María.
Y a mí me gusta que te guste y te emociones. Es un placer tenerte por aquí.
Un saludo desde este otro lado.
Diego