miércoles, 17 de febrero de 2010

Pareidolia

Un pequeño homenaje al único cuadro de Dalí que me gusta. “La ventana”.
Existimos para la búsqueda, para conocernos a nosotros mismos, y ello para buscar la paz -leí en algún lado-, con nosotros mismos y con los demás. Los niños ayudan, los perros también, y algunas personas, aunque pocas, muy pocas.
Pero la mayoría de las veces nos creamos ilusiones que nos permiten ver formas ambiguas como figuras definidas, para engañarnos. Ciegos en un mundo de ciegos.

6 comentarios:

Isabel de León dijo...

No t gusta el surrealismo Diego???jo!y yo q adoro el momento histórico artístico d las vanguardias...y al Dalí loco!!!jajajaja...igual la imagen es preciosa y da a la imaginacion...
Por cierto!!iba d novia a la fuga!!jajajaja

Saluditos de la chica d blanco.

Anónimo dijo...

Las vanguardias sí, Isabel, pero el surrealismo, y más en concreto Dalí, no. Pero me encanta como escribía, eso sí.
¡De novia a al fuga! Mira que le di vueltas. Eso es que no tengo imaginación. Yo me hubiera disfrazado, entonces, con un frac, para que me encontrases.
Saludos chica hacia el altar.

Isabel de León dijo...

Jajajajaaja...hacia el altar no Diego...pero hubiera aceptado ese frac xa bailar!!!jajajjaajjajajajaja...o tu mano con 1 guante blanco...jejeje

Saluditos de la chica con un baile pendiente ;)

Marisa dijo...

Quizá para no ser ciegos en un mundo de ciegos y poder ver, haya que mirar el cuadro a cierta distancia, los matices pueden ser varios y variados...Aunque ver y mirar no tengan nada que ver.
Bonita reflexión, Diego.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Claro, Isabel, me defraudarías si fueras al altar. ¡Me lo hubiera puesto, no lo dudes, qué menos para bailar contigo!
Queda pendiente ese baile. Te buscaré, y te encontraré, aunque no vayas de novia a la fuga.
Un saludo chica que me saca sonrisas.
Diego

Anónimo dijo...

No sólo mirar el cuadro con cierta distancia, y desde distintos ángulos, Marisa, que llevas toda la razón, sino también aprendiendo a mirar, como decía Saramago. Yo creo que ahí radica más el problema.
Gracias Marisa, un placer. Un saludo para ti también.
Diego