viernes, 2 de mayo de 2014

Para qué


 
No es desde dónde,
o desde cuándo,
sino la poesía,
el hilo suave de una palabra
que desliza el agua
de un templo anciano,
como cuando buscaba el brillo
bajo la lluvia rosa
mientras pisaba los charcos
el destino
sin apenas oír nada,
levitando entre las gotas esparcidas
por un suelo de alacenas.
Entre lirios sembré el llanto
en un oscurecido día.
Anoche vestí el viento de mis ojos
y levanté la vista,
la madera sobre los hombros,
ya casi anciano,
de nazareno eterno, olvidado,
vestido.
Todo es palabra y no lo sé.
Ni quién.
Dicen que vieron a mi amigo
abajo, en la noche larga,
en la otra orilla del río.

2 comentarios:

Isabel de León dijo...

Don Diego...como anda ud sin mi presencia?...preciosamente como siempre...un gusto pasear y ver q todo sigue igual d magnífico entre las letras escondido.
Saludos de la chica...esa q no le olvida; )

Diego Jurado dijo...

Sin ti no ando, doña Isabel, deambulo como un alma en pena, perdido...
Me alegro que no me olvides, me harías entristecer. Y me alegra de que sigas tan... como siempre. Total.